viernes, abril 01, 2005

Con la Virgen del Abra de Punta Corral no se juega

Artículo publicado en Clarín, el sábado 26 de marzo de 2005

ELIMINATORIAS : UNA INCREIBLE LEYENDA "EXPLICA" LOS FRACASOS DE LA SELECCION ARGENTINA

Historia de una maldición

En Tilcara creen que Argentina no volverá ser campeón del mundo hasta que la Selección visite a la Virgen y salde la deuda contraída en 1986.


Daniel Lagares.

La Selección argentina no ganará un Mundial hasta que sus jugadores cumplan la deuda contraída por el plantel que dirigía Carlos Bilardo ante la Virgen de Copacabana del Abra de Punta Corral. El resto del país lo ignora pero los pobladores de Tilcara están convencidos porque "la virgencita no perdona".

La leyenda popular remite a la estadía en la Quebrada de un grupo de 14 jugadores conducidos por Bilardo, entre el 5 y el 15 de enero de 1986. Hasta allí los llevó el técnico para que se aclimatasen a los rigores de la altura que luego encontrarían en México, durante el Mundial. La primera preocupación del técnico fue buscar el lugar de entrenamiento, junto al entonces intendente Coco Jiménez. Bilardo descartó las dos ofertas oficiales (los clubes Terry y Belgrano) y aceptó la propuesta de tres entusiastas muchachos. Los mismos que hacía apenas unos meses habían tenido el coraje de fundar otro club, el Pueblo Nuevo. Con el esfuerzo y el aporte de los amigos, habían logrado poner en marcha el equipo, las instalaciones y, sobre todo, la canchita. Y mostraban un orgullo adicional: eran los únicos que tenían equipo completo, con camisetas rojas con el nombre del club, pantaloncitos, medias y botines.

La Selección comenzó a entrenarse y Tilcara era una fiesta. Los pocos pobladores de entonces, apenas más de 2.000, se enorgullecían de tener el equipo en casa mientras a 84 kilómetros, en San Salvador, morían de envidia. De día, el equipo trabajaba, al anochecer los jugadores se mezclaban con la gente. Se acercaba el Carnaval y se organizaban los primeros bailes. A uno de ellos fue Bilardo, disfrazado de mujer colla y sin ser reconocido en el trayecto de tres cuadras desde el hotel a la celebración. Alguna vez, con mucha gracia, Sergio Batista contó aquellos días en el Norte en un programa de televisión. La confraternidad no podía ser completa si no se visitaba la iglesia. El grupo en pleno concurrió al templo y en el templo alguien hizo la promesa: "Si ganamos el Mundial, volvemos a agradecerte". Ganaron. Pero nunca volvieron. Los tilcareños, que le conocen el humor a la Virgen y no se atreven a contradecirla, aseguran que la promesa incumplida es el estigma con el que carga el conjunto nacional,

En la preparación de la Selección para el partido con Bolivia en La Paz por las Eliminatorias del Mundial 98, Daniel Passarella llevó al equipo a La Quiaca, también para acostumbrarse a la altura. Carlos Cabrera, uno de aquellos muchachos fundadores del Pueblo Nuevo, se había convertido en músico y estuvo con su trío animando una cena ofrecida a la Selección del Kaiser. Había que aprovechar la oportunidad. "Yo no sé si vos creés o no"¿ le dijo Carlitos a Passarella¿, pero ustedes deberían ir hasta Tilcara y cumplir con aquella promesa". Le explicó también que era un viaje de apenas tres horas y que debían subir hasta Punta Corral, donde estaba la virgen en esa época del año, aunque eso no era un problema ya que los jugadores eran tipos de buen estado físico. Passarella lo escuchó con atención y le contestó que lo pensaría, que no tenían mucho tiempo libre como para eso, y lo despidió con un apretón de manos cordial y respetuoso. La Selección nunca fue a cumplir con la Virgen.

"Yo creo que Bielsa no se enteró" dice ahora Cabrera detrás del mostrador de su boliche La Peña, en el corazón de Tilcara, sabiendo que, más por cábala que por fe, el Loco habría pagado la deuda. Los tilcareños responden con datos a los de poca fe que rebaten la teoría del enojo de la Virgen de Copacabana. "En el Mundial 90, Caniggia no jugó la final porque hizo una mano estúpida en el partido anterior y lo suspendieron. Y todos saben que el penal de Alemania no fue penal", sostiene otro de aquellos muchachos fundadores del Pueblo Nuevo. "¿Y el dóping del Diego en el 94?", agrega. Cabrera, futbolero, recuerda: "En Francia, Batistuta pegó un tiro en el palo y en el otro avance de Holanda nos hicieron el gol". Y alguien aporta: "¿Y los goles que nos perdimos con Suecia en el 2002?".

Tilcara, cancha de Pueblo Nuevo (en La Banda), enero de 1986.
Parados: Madero (médico), Bilardo (técnico), Bochini, Giusti, Borghi, Dertycia, Brown, Batista, Islas, Ruggeri, Echevarría (preparador físico), Pachamé (asistente técnico)
En cuclillas: Tapia, Comas, Cuciuffo, Almirón, Clausen, Garré.