sábado, noviembre 26, 2005

Los signos de tu frente

Perdóname, Señor, si mal herido
por el rosal, el pájaro y la fuente,
en este caminar hacia el poniente,
dejo tu Cruz y sigo mi latido.

Vi tu imagen en todo y hasta he sido
de tu unidad azul, azul creyente;
más al volver mi rostro hacia la fuente
me di con otro Cristo carcomido.

Perdóname, Señor, si es que te pido
el goce de mi propio continente
y de las propias plumas de mi nido,

donde el rosal, el pájaro y la fuente
tengan el claro signo de tu frente
y se ilumine el pecho, arrepentido.

Domingo Zerpa