sábado, julio 29, 2006

Es el país más feo del mundo el nuestro

Al año siguiente aparece La maestra normal, considerada como la obra maestra de Gálvez. Ella sola basta para colocarlo entre los primeros novelistas. El libro, que pasa al principio un tanto inadvertido, alcanza verdadera celebridad a raíz de un artículo de Unamuno, publicado en La Nación en 1915. Una celebridad en los primeros tiempos, un poco extraliteraria, porque sus comentaristas - el mismo Unamuno y Lugones, principalmente - ven en él, ante todo, un ataque al normalismo. Surge con tal motivo una frondosa polémica nacional de la que dará una idea sumaria el párrafo que transcribimos de la ya citada obra de Olivari y Stanchina: "El éxito del libro es ruidoso, tal vez como no hubo otro en la literatura argentina. Publícanse artículos a montones. Los maestros normales, creyéndose atacados, piden la destitución de Gálvez del puesto que ocupa en el ministerio de Instrucción Pública. Un riojano baja rabioso de su provincia a provocar al novelista, en virtud de inexistentes agravios que él viera en La maestra normal. En cada capital de provincia y ciudad importante se originan polémicas sobre el libro. En Paraná hasta tiene lugar una manifestación pública en contra de Gálvez. En Catamarca se funda una revista con el objeto de combatir la ya famosa obra. Se escriben un par de novelas que pretenden refutarlo y, para que nada falte, hasta se compone un tango con el título del libro".
- La novela, Gálvez, demuestra que usted conocía, muy bien La Rioja ...
- Había estado seis veces allí. Además para poder describir la "Fiesta del Niño Alcalde", que ocupa unas cuatro páginas de La maestra normal, hice un nuevo viaje, especialmente, a la provincia. Mi práctica es documentarme concienzudamente. Por eso no quise atenerme a lo que había leído en otros autores acerca de la curiosa ceremonia. Joaquín V. González, por ejemplo, le dedica muchas páginas en uno de sus libros. Pero eso no me bastaba; necesitaba verla...
Estas consideraciones le recuerdan sus interminables traqueteos de inspector de enseñanza.
- Es un cargo muy fastidioso el mío. He tenido que levantar sumarios en todos los rincones del país. Lo he recorrido desde Jujuy hasta La Pampa.
- Y ¿qué le parece?
- Que es el país más feo del mundo el nuestro. Sólo tienen carácter la Quebrada de Humahuaca y la ciudad de Salta antigua, cuando conservaba aún su arquitectura colonial. Los intendentes "progresistas" la han afeado después con las construcciones modernas...
- ¿Debe perturbarle un poco el puesto para su obra?...
-¡Imagínese!... Además de esos viajecitos, algunos ministros me han hecho cumplir un horario realmente absorbente. Es una desconsideración para un hombre que ha hecho una obra como la mía, ¿verdad?...

Manuel Gálvez
Entrevistado por Pedro Alcázar Civit
El Hogar, Nº 1103, 4 de diciembre de 1930