sábado, abril 02, 2005

Vigilia en las iglesias de la Argentina por la salud de Juan Pablo II

Las iglesias del país fueron escenario del ruego y constante desfile de cientos de feligreses que oraron por el mejoramiento del ya irreversible cuadro que atraviesa el papa Juan Pablo II.
Ante el agravamiento del estado de salud del Pontífice, los templos permanecerán abiertos el mayor tiempo posible para facilitar a los fieles la posibilidad de reunirse y rezar en todo momento por la salud del Papa.
El Episcopado Argentino formuló un llamado a todos los curas párrocos y rectores de iglesias para que ‘faciliten a los fieles la oportunidad de reunirse en oración y que se tenga presente en las misas y celebraciones esta intención’.
Ante el agravamiento del estado de salud de Juan Pablo II, ‘pedimos a todos los cristianos que se unan en la oración rogando por él a Dios nuestro Padre’, agrega el comunicado del Episcopado.
Así, miles de fieles católicos acudieron a rezar a las principales iglesias del país por la salud del Papa, en un clima de congoja en el que los devotos coincidieron en resaltar la actuación del Pontífice en el conflicto con Chile y en la guerra de Malvinas.
Las versiones sobre la muerte del Sumo Pontífice, negadas hasta anoche por el Vaticano, confundieron a los fieles, muchos de los cuales, con lágrimas en los ojos, rezaban el Rosario para que Juan Pablo II descanse en paz.
La Catedral Metropolitana fue el sitio de encuentro de muchos devotos que llegaron desde hora temprana para participar de las misas en las que se realizaba un ruego especial por la salud del jefe de la Iglesia Católica.
‘Yo lo he visto en cada visita que ha hecho a nuestro país y no puedo creer que nos deje. Vine a orar por su recuperación y confío en la misericordia de Dios para que escuche nuestros ruegos’, dijo a Télam Erminda, quien, acompañada por su nieta, llegó a la Catedral desde el barrio de Congreso.
La mayoría de los asistentes consultados coincidieron en resaltar la importancia que había tenido para el país la intermediación de Juan Pablo II en el conflicto con Chile por el canal
de Beagle, a fines de la década del 70.
También recordaron su presencia en la Argentina en ocasión de la guerra de Malvinas, ocasión en la que ofició una multitudinaria misa.
Un hombre de elegante traje que no podía ocultar su emoción, relató que en esa época ‘el Santo Padre se comprometió una vez más con la paz y nos dejó un mensaje esperanzador. Ahora debemos confiar en Dios para que mejore su salud’.
Entre sollozos, una mujer se abrazaba a su hija y no dejaba de susurrar oraciones mientras sujetaba con una mano las cuentas de un rosario. ‘Por favor, sólo recemos’, dijo en tono de disculpa por no hacer declaraciones.
Idéntico panorama se vio en los otros templos de la Capital Federal y en el interior del país, donde se suspendieron manifestaciones y marchas gremiales para ingresar a las iglesias y rezar por la salud del Sumo Pontífice.